Es Pujol de s'Era es un fragmento muy representativo del paisaje interior de la isla de Formentera. Campos de trigo y cebada, un pequeño bosque de sabinas, romero y enebro, y muros de piedra seca sobre una topografía prácticamente plana. La intervención busca refugio entre la vegetación existente y un fragmento de muro de piedra colocada en seco. Son estas dos directrices las que condicionan las dimensiones, la orientación y la altura total de una edificación de geometría austera que guarda paralelismos con la tradición arquitectónica de Formentera. Una arquitectura contextual gracias a la relación con el entorno, sin mimetismo.

Entre el estudio y la vivienda hay un núcleo de servicios que separa el trabajo de la vida privada y a la vez los dota de librería, archivo, baño, cocina, camas, armarios, instalaciones y dos paredes correderas que permiten fragmentar las dos zonas principales, segregando espacios más íntimos como un despacho anexo o una habitación de invitados. Se consigue así una cierta flexibilidad y multifuncionalidad. La envolvente que contiene el programa (12x12 metros) se prolonga generando espacios de transición interior-exterior, fundamentales en estas latitudes.
La envolvente, única construcción húmeda de la obra, es de fábrica de bloques de hormigón armado. Es una sección rectangular extruida horizontalmente. El resto de cerramientos interiores y exteriores se han construido con vidrio y madera de iroko. Una hendidura perimetral a nivel del terreno permite que el edificio levite. Una transición entre lo artificial y lo natural. Las aberturas laterales se han concebido como cortes verticales que desgarran la fachada, fragmentando los alzados de levante y poniente, dotándolos de un "grano" más pequeño. Para mayor sobriedad y armonía, los muebles y accesorios fueron diseñados ad-hoc con los mismos materiales de las divisiones interiores.










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